El envejecimiento de la población mundial, se aceleró en la segunda mitad del siglo XX, cuando la esperanza de vida de las personas llegó a alcanzar una cifra apenas soñada por la humanidad en sus 5.000 años de historia.
Cuando
mencionamos o escribimos la palabra Modernidad, de inmediato nos viene a la
mente la palabra moderno, y por consiguiente lo asociamos a una época reciente,
a lo contrapuesto a lo antiguo o a lo clásico y establecido.
Pero
debemos tener en cuenta que el término Modernidad comenzó hace unos siglos
atrás, unos sostienen que tuvo su origen en el siglo XV y otros a finales del
siglo XVII, así que no es nada nuevo éste concepto.
Además
se dice que estamos viviendo la era postmoderna y otros la llaman la era
contemporánea, parece cosa de semántica; porque a todo lo nuevo e innovador se
le sigue atribuyendo el término de “moderno”.
Entonces
cabría preguntarse ¿es necesario preocuparnos tanto por saber qué es moderno y
que no lo es?; o ¿cuándo un objeto dejó de ser moderno y se convirtió en algo
viejo u obsoleto?
Ahora,
lo que sí es una realidad, es que la esperanza media de vida al nacer ha
aumentado 20 años desde 1950 y llega ahora a los 66 años, y se prevé que para
el año 2050 haya aumentado diez veces más.
O
sea, éste triunfo demográfico y el rápido crecimiento de la población en la
primera mitad del siglo XXI confirma que el número de personas de más de 60
años, que era de alrededor de 600 millones en el año 2000, llegará a casi 2000
millones en el 2050.
El
envejecimiento de la población mundial, se aceleró en la segunda mitad del
siglo XX, cuando la esperanza de vida de las personas llegó a alcanzar una
cifra apenas soñada por la humanidad en sus 5.000 años de historia.
Podemos
considerar este hecho un éxito del ser humano, pero también debemos tener en
cuenta que una transformación demográfica de este tipo implica profundas
consecuencias sociales, económicas, políticas, culturales, con los cambios que
trae esta realidad latente.
Tomemos
en cuenta los siguientes datos: en 1998 el incremento mundial de la proporción
del grupo poblacional definido como personas de la tercera edad fue de 10% y,
de acuerdo con las proyecciones, para 2025 se espera un aumento del 15%. Asía y
América Latina tendrán un crecimiento del 8 al 15%; África, del 5 al 6%;
Europa, del 20 al 28%; y América del Norte, del 16 al 26%.
Analicemos
el párrafo antes escrito, podemos observar que existe una marcada diferencia en
cuanto al aumento de personas de la tercera edad en las áreas donde mayor
desarrollo industrial y tecnológico ha existido.
Esto
sustenta una Teoría existente, denominada la Teoría de la modernidad, la cual
afirma que la posición social de los ancianos es inversamente proporcional al
grado de industrialización de esa sociedad.
Es decir, la condición social que adquieren las personas mayores está en función del grado de modernización o cambios sociales que existen en la sociedad.
Otros
estudios o investigaciones efectuadas en sociedades industrializadas detectaron
cuatro variables que influyen en el estatus social de las personas mayores; estas
variables son:
• Perfeccionamiento de la Tecnología
Sanitaria.
• Desarrollo de la Tecnología Económica.
• La Urbanización o abandono de las zonas
rurales.
• Los progresos en la formación.
De
acuerdo al enunciado de ésta Teoría de la Modernidad y a los datos estadísticos
escritos Ut supra, podemos preguntarnos: ¿la modernidad se constituyó en un
socio importante en el envejecimiento de la población mundial?, Usted, tiene la
respuesta.
Pero
no todo es color rosa. El incremento en la media de vida en las sociedades con
desarrollo industrial y tecnológico (modernas) ha traído como consecuencia a la
par, la disminución en la relación de números de nacimientos, actualmente en
algunos países europeos y asiáticos se observan una alarmante disminución en la
tasa de nacimientos, mientras aumenta el número de personas encuadrados en el
grupo de la tercera edad (65 años) la edad de la jubilación.
La
modernidad trae consigo esta tendencia, donde el ritmo de vida conlleva a que
la persona en busca de asegurar una vejez llevadera y feliz, busque ante todo
la realización personal, dejando a un lado y por largo tiempo el apego a otra
cosa que desvíe su objetivo primordial.
En
las sociedades industrializadas y tecnológicas (modernas), también existe un
alto espíritu de competencia, donde se busca escalar a altos cargos, porque
esto supone asegurar de igual forma una vejez cómoda, por tanto, muchos se
embarcan en la consecución de este objetivo, dejando para más tarde la
formación de matrimonios con hijos.
Lo
que sí es seguro, es que la modernidad marcha a paso acelerado y como nunca en
todas las eras históricas vividas por el hombre, las tecnologías en diferentes
campos marchan a paso de tornado, ven sólo por decir algo, lo referente al área
de las telecomunicaciones, lo que hoy es noticia y moderno, ya mañana deja de
serlo; es impresionante la velocidad con que en los actuales momentos marchamos
en el campo tecnológico (moderno).
Finalizo
parafraseando lo siguiente: “El miedo al envejecimiento y a la muerte es tanto
menor cuanto mayor ha sido el amor que brindó durante el curso de su vida
principalmente a los diferentes miembros de su grupo familiar, y
secundariamente a los demás; su mundo interno está poblado de buenos objetos
que le dan amor y protección particularmente los miembros de su grupo familiar
interno.
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