APOYO A LAS FAMILIAS Y A LAS PERSONAS CUIDADORES DE PERSONAS MAYORES



Por: Olga Lucía Acosta, Trabajadora Social.

Quizá uno de los mayores costos cuando se tiene a una persona de tercera edad que requiere supervisión es el costo físico y emocional de la familia, de las personas que los cuidan y los amigos de los enfermos.

Los cambios en la personalidad y las capacidades mentales del ser amado; la necesidad de proporcionar una atención constante y cariñosa hasta al final de la vida; exigencias de bañar, vestir, y atender al enfermo que son responsabilidad del cuidador pueden ser difíciles de sobrellevar. Muchas personas que atienden enfermos deben desempeñar roles nuevos y poco familiares para la familia y estos cambios pueden ser tan difíciles como tristes.

No es una sorpresa que quienes cuidan personas con demencia pasan significativamente más tiempo en las tareas de atención que otras personas que cuidan a enfermos de otro tipo.

Aunque la investigación sobre el apoyo a quienes cuidan estos enfermos está todavía en su etapa inicial, ya hemos aprendido mucho acerca de los aspectos únicos de las personalidades y las situaciones en las que se ven envueltas estas personas.

Un estudio sobre las respuestas psicológicas y físicas de estas personas reveló que no todos tienen la misma respuesta a la atención. Ciertas características parecen hacer a algunas personas que cuidan enfermos más sensibles al estrés físico y emocional asociado con la atención de la demencia.
Estas características incluyen ser un cónyuge masculino (esposo), tener pocas interrupciones en las responsabilidades de atención y tener enfermedades preexistentes.

La investigación sobre las personas que cuidan a personas mayores con deterioros físicos y cognitivos también está empezando a definir las características de los programas de apoyo que pudieran ser útiles para grupos particulares de personas que cuidan enfermos.

Se debe tener en cuenta programas de apoyo que reúnen a las personas que cuidan enfermos con voluntarios especializados que también han sido cuidadores o lo son, puede ayudar y en especial que estén dirigidos para aquellas personas cuyas redes de apoyo social son débiles o que se encuentran en situaciones muy estresantes.

¿Quiénes son las personas que cuidan a sus familiares mayores?

Estas personas varían según la cultura y el grupo étnico involucrado. La mayoría son miembros de la familia:
• Cónyuges: Este es el grupo más grande. La mayoría de los esposos y esposas también son ancianos y muchos tienen sus propios problemas de salud.
• Hijas: El segundo grupo más grande de cuidadores son las hijas. Muchas tienen niños y son casadas. Balancear sus responsabilidades es algo extremadamente estresante para estos miembros de la “generación sándwich”.
• Nueras: Muchas mujeres de este grupo atienden a una persona mayor y son el tercer grupo más grande de cuidadores.
• Hijos: A pesar de que muchos participan en la atención diaria de un padre o madre, los hijos varones a menudo se centran en los aspectos financieros, legales y administrativos de la atención.
• Hermanos y hermanas: Los hermanos pueden asumir la responsabilidad primaria de la atención si viven muy cerca, pero muchos son mayores y hacen frente a sus propias debilidades o problemas de salud.
• Nietos: Los nietos mayores pueden convertirse en ayudantes principales al atender a su abuelo. Los nietos adolescentes o jóvenes pueden necesitar ayuda y apoyo extras si la atención de sus padres está muy concentrada en el abuelo enfermo, o si el abuelo vive en el hogar de la familia.

• Otros: Los amigos, vecinos y miembros de una iglesia también pueden ayudar a cuidar a una persona mayor
La realidad de alguien encargado del cuidado de una persona mayor quizá incluya estos elementos:
El esfuerzo físico y el compromiso de tiempo: Ayudar al enfermo a bañarse, comer, vestirse y a realizar otras actividades cotidianas toma mucho tiempo. A medida que progresa su edad, existe probabilidad de alguna enfermedad que lo va convirtiendo en dependiente.

Aumenta la necesidad de esta clase de ayuda. Debido a los problemas de comportamiento y a los problemas de seguridad, la persona que cuida está siempre “de guardia”, aun cuando no ayude activamente al enfermo. 

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